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Enfermedad de Parkinson

enfermedad de Parkinson

Tiempo de lectura: 10 minutos

AAcerca de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es causada por la pérdida de las células cerebrales que producen dopamina, lo que da lugar a niveles bajos de esa sustancia química en el cerebro. La dopamina es un mensajero químico (o neurotransmisor) que hace que otras partes del cerebro coordinen correctamente los movimientos.
 
La enfermedad de Parkinson afecta de una a dos de cada 100 personas mayores de 65 años. Se cree que es ligeramente más frecuente en hombres que en mujeres. La mayoría de las personas desarrollan la enfermedad alrededor de los 60 años de edad, pero aproximadamente una de cada 12 personas con la enfermedad de Parkinson comienzan a presentar síntomas antes de los 50 años.

Síntomas de la enfermedad de Parkinson

Los síntomas de la enfermedad de Parkinson a menudo comienzan en un lado del cuerpo y luego afecta ambos lados. Los principales síntomas son los siguientes:

  • Espasmos musculares (temblores). Este es uno de los primeros síntomas y afecta a la mayoría de las personas con enfermedad de Parkinson. Comienzan generalmente con movimientos circulares de la mano, como si hiciera rodar una canica o una pastilla entre el pulgar y el índice. Suele afectar los brazos y las piernas, pero a veces también podría afectar la mandíbula. El temblor será más evidente cuando la persona está en reposo y se reducirá cuando está moviéndose o durmiendo.
  • Rigidez (agarrotamiento). Es un síntoma frecuente de la enfermedad de Parkinson. Esto puede dificultar el movimiento de las extremidades.
  • Lentitud de movimiento. Es un síntoma frecuente en personas con enfermedad de Parkinson.
  • Problemas para caminar. Puede comenzar a caminar arrastrando lentamente los pies.

A medida que se vean afectados los diferentes músculos, la persona puede desarrollar:

  • problemas con la postura y el equilibrio: puede tener dificultades para darse vuelta en la cama o levantarse de una silla y, al avanzar la enfermedad, aumenta el riesgo de caídas.
    alteraciones en el habla: la persona puede comenzar a hablar en voz más baja o más rápidamente, resultando más difícil entenderle
  • pérdida de expresión facial: puede sonreír menos, fruncir más el ceño y parpadear más lentamente
  • disminución del tamaño de la escritura

También puede tener otros síntomas que no están relacionados con el movimiento. Ellos pueden incluir:

  • problemas mentales, como depresión, pérdida de memoria, dificultad para razonar y mayor ansiedad
  • problemas del intestino y vejiga como estreñimiento y necesidad de orinar con frecuencia
  • problemas para tragar, que puede provocar mayor salivación y babeo
  • pérdida de peso
  • impotencia
  • disminución de la presión arterial al ponerse de pie
  • aumento de la sudoración
  • problemas para dormir y cansancio

Estos síntomas no siempre son causados por la enfermedad de Parkinson; pero si aparecen, consulte a su médico de cabecera.

Causas de la enfermedad de Parkinson

La enfermedad de Parkinson es causada por la pérdida de células nerviosas (neuronas) en la parte del cerebro que produce dopamina. Esto puede ocurrir gradualmente, y el nivel de dopamina en el cerebro puede disminuir con el tiempo. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson aparecerán cuando el cerebro ha perdido entre el 60 y el 80 por ciento de las neuronas, y empeorarán paulatinamente. En la actualidad, no se conocen las razones exactas por la que las neuronas mueren.
 
En raras ocasiones, la enfermedad de Parkinson es hereditaria. En la actualidad no se sabe el papel que desempeñan estos factores hereditarios, pero las investigaciones han demostrado un vínculo entre varios genes diferentes y el desarrollo de la enfermedad.
 
También se han relacionado con la enfermedad de Parkinson determinadas sustancias químicas en el medio ambiente, llamadas neurotoxinas, que pueden ser perjudiciales para el cerebro. Es posible que las personas que están expuestas a más neurotoxinas tengan más probabilidades de desarrollar la enfermedad.

Las investigaciones buscan las razones exactas de por qué algunas personas desarrollan la enfermedad de Parkinson.

Diagnóstico de la enfermedad de Parkinson

El médico hará preguntas sobre los síntomas y realizará un examen. También hará preguntas sobre la historia clínica.
 
El médico podría referir al paciente a un neurólogo (un médico que se especializa en enfermedades que afectan al sistema nervioso) o a un geriatra (médico que se especializa en tratar a las personas mayores).
 
No existe una única prueba para diagnosticar la enfermedad de Parkinson. El diagnóstico se basará en los síntomas, y el médico deberá descartar otras enfermedades que causan síntomas similares.
 
Es posible que deba hacerse una prueba de sangre o estudios de imágenes, como una resonancia magnética (que usa imanes y ondas de radio para producir imágenes del interior del cuerpo). Es posible que se necesite una prueba adicional llamada SPECT (tomografía computarizada por emisión de fotones individuales) para ayudar al médico a diferenciar entre la enfermedad de Parkinson y otra enfermedad llamada temblor esencial.
 
Si se diagnostica la enfermedad de Parkinson, el paciente deberá visitar al médico cada seis a 12 meses para evaluar su diagnóstico y la enfermedad.

Tratamiento de la enfermedad de Parkinson

El objetivo del tratamiento de la enfermedad de Parkinson es recuperar el nivel de dopamina en el cerebro y controlar los síntomas. Los síntomas y la evolución de la enfermedad de Parkinson son diferentes en cada persona. El médico ayudará a decidir cuál es el mejor tratamiento para el paciente en función de sus síntomas y sus necesidades individuales.

Medicamentos

Existen varios tipos de medicamentos disponibles.
 
Los medicamentos que reemplazan la dopamina son el tratamiento más eficaz. Estos medicamentos son una combinación de levodopa, que se metaboliza en el cuerpo para formar dopamina y otra sustancia química que asegura que la levodopa llegue al cerebro. Los medicamentos de reemplazo de dopamina pueden proporcionar mejoras a largo plazo, aunque tienen algunos efectos secundarios como náuseas y cansancio. También pueden causar problemas a largo plazo, como movimientos involuntarios el rostro y las extremidades (discinesia) y con el tiempo pueden volverse menos fiables, presentando un acortamiento de la respuesta al medicamento con la fluctuación de síntomas, lo que se conoce como el "síndrome de encendido/apagado de la respuesta". La co-beneldopa y la co-careldopa son ejemplos de estos medicamentos.

Los medicamentos que imitan la acción de la dopamina (agonistas de la dopamina) en general se toman solos o en combinación con levodopa. El pramipexol, ropinirol y rotigotina son algunos ejemplos. Tienen efectos secundarios como malestar o somnolencia repentina, por lo que el médico indicará una dosis baja para empezar. Si el paciente ha tenido la enfermedad de Parkinson desde hace tiempo y tiene fluctuaciones impredecibles de períodos sin respuesta, le pueden recetar una inyección de apomorfina.
 
Los inhibidores de la monoaminooxidasa B previenen la descomposición de la dopamina. Pueden utilizarse solo para demorar la necesidad de levodopa o en combinación con levodopa para reducir el síndrome de encendido-apagado. Algunos ejemplos incluyen la selegilina y rasagilina.
 
Los inhibidores de catecol-O-metiltransferasa (COMT) son un tipo de medicamentos que detienen la descomposición de la dopamina. Se administran junto con la levodopa, por lo general, si el paciente ha tenido la enfermedad de Parkinson desde hace algún tiempo y los medicamentos de reemplazo de dopamina han comenzado a perder su eficacia. La entacapona es un ejemplo de este medicamento.
 
La amantadina actúa como un medicamento de reemplazo de dopamina, pero funciona en sitios diferentes en el cerebro. Tiene pocos efectos secundarios, pero sólo se utiliza en las primeras etapas de la enfermedad, y por tener efecto limitado, no es siempre la primera opción de medicación.
 
Los medicamentos anticolinérgicos bloquean la acción de una sustancia química del cerebro llamada acetilcolina. Ayudan a corregir el equilibrio entre la dopamina y la acetilcolina. Estos medicamentos sólo ayudan con los temblores y son menos eficaces que los medicamentos que reemplazan la dopamina, por lo que los médicos no los utilizan con mucha frecuencia.
 
Consulte siempre al médico y lea el prospecto de información para el paciente que viene con el medicamento.

Cirugía

En algunas ocasiones, cuando los medicamentos ya no ayudan, el médico puede recomendar una cirugía. El procedimiento más frecuente es la estimulación cerebral profunda. Se colocarán electrodos en las áreas del cerebro que son importantes para controlar el movimiento. Los electrodos se conectan a un generador de impulsos, que se coloca debajo de la piel del tórax. El generador de impulsos enviará una pequeña corriente eléctrica al cerebro y esto puede ayudar a reducir los síntomas de la enfermedad de Parkinson.

Otros tratamientos

Otros tratamientos que son importantes para vivir con la enfermedad de Parkinson incluyen fisioterapia, terapia del habla y terapia ocupacional. El paciente será atendido por profesionales de la salud con distintas especialidades. Ellos se asegurarán ofrecer los tratamientos convenientes para la etapa adecuada de la enfermedad.

Nuevos tratamientos

En la actualidad se están investigando nuevos tratamientos para tratar la enfermedad de Parkinson. Algunos ejemplos incluyen la terapia génica, que consiste en introducir genes normales directamente en el cerebro para ayudar a prevenir la muerte de las neuronas. Otra rama de la investigación analiza si las neuronas que han perdido las personas con enfermedad de Parkinson pueden ser sustituidas por neuronas sanas producidas en el laboratorio a partir de células madre.
 
Sin embargo, estas terapias se encuentran aún en fase experimental y es posible que no estén disponibles por algún tiempo.

Vivir con la enfermedad de Parkinson

La mayoría de las personas se mantienen razonablemente activas y es posible que los síntomas no evolucionen más allá un ligero temblor. Sin embargo, algunas personas se debilitan y pueden necesitar ayuda para sus actividades cotidianas, como lavarse, comer y vestirse. Tal vez le resulte útil hablar con otras personas afectadas por la enfermedad de Parkinson.

Preguntas y respuestas

Sí, hacer ejercicio físico adecuado puede ayudar a mejorar algunos de los síntomas de la enfermedad de Parkinson. También es bueno para la salud y bienestar general.

Explicación

Uno de los principales síntomas de la enfermedad de Parkinson es la rigidez y el rigor de los músculos y articulaciones. Hacer algún tipo de ejercicio es importante para mantener la flexibilidad de los músculos, reducir la rigidez y el rigor y disminuir el riesgo de caídas. El ejercicio también puede mejorar el estado de ánimo y ayudar a aliviar la depresión, que a veces puede presentarse como consecuencia de la enfermedad de Parkinson. Hacer ejercicio con regularidad también ayudará a mejorar la salud y el estado físico general. Lo que significa que el paciente podría permanecer activo durante más tiempo y por lo tanto, conservar su independencia el mayor tiempo posible.
 
Las personas con enfermedad de Parkinson pueden participar en muchos deportes y actividades, incluyendo natación, senderismo y ciclismo. Las sesiones de ejercicio en grupo pueden ser especialmente buenas, ya que también ofrecen la oportunidad de socializar. Pero es importante solo realizar el ejercicio que sea seguro para el paciente.
 
Consulte el médico sobre qué tipo de ejercicio es adecuado para el paciente. Es posible que el médico le refiera a un fisioterapeuta para que le enseñe algunas rutinas sencillas de ejercicios que luego podrá hacer en casa. Un fisioterapeuta también puede darle consejos sobre la manera de moverse en su hogar con mayor facilidad.

La velocidad con que avanza la enfermedad de Parkinson varía en cada caso particular.

Explicación

La enfermedad de Parkinson es una enfermedad progresiva, lo que significa que, con el tiempo, los síntomas empeorarán paulatinamente. Es causada por una disminución en el número de células que producen un transmisor químico en el cerebro llamado dopamina. Esto causa una reducción en la cantidad de dopamina en el cerebro. Los síntomas de la enfermedad de Parkinson aparecerán cuando el paciente ha perdido entre el 60 y el 80 por ciento de la dopamina en el cerebro.
 
La cantidad de dopamina en el cerebro seguirá disminuyendo muy lentamente y a medida que esto ocurra, los síntomas de la enfermedad empeorarán. Cada persona es diferente y la velocidad en la que esto ocurre depende de cada persona en particular.

No, actualmente no existe cura para la enfermedad de Parkinson. Sin embargo, hay  medicamentos que pueden ayudar a tratar los síntomas de la enfermedad.

Explicación

Se pueden usar varios tipos de medicamentos para controlar los síntomas de la enfermedad de Parkinson. Estos medicamentos controlan los síntomas al aumentar la cantidad de dopamina en el cerebro, estimular las áreas del cerebro donde trabaja la dopamina o bloquear la acción de otras sustancias químicas que reducen la eficacia de la dopamina. El médico recetará el medicamento que sea conveniente para controlar los síntomas.
 
Se están realizando muchas investigaciones para encontrar tratamientos más eficaces para la enfermedad de Parkinson, incluyendo terapia génica y terapia de células madre.
 
La terapia génica es una técnica que consiste en introducir genes normales directamente a las partes del cerebro afectadas por la enfermedad de Parkinson. Esto podría ayudar a proteger las neuronas del daño causado por la enfermedad de Parkinson y ayudar a las células a producir más dopamina.
 
Las células madre son células especiales que pueden ayudar a reparar las células del cerebro. Se espera que en el futuro sea posible utilizar células madre para reemplazar las células en el cerebro que se han perdido debido a la enfermedad de Parkinson. Las células madre serían células sanas capaces de producir dopamina.
 
Estas terapias están todavía en una etapa muy experimental y pueden no estar disponibles por algún tiempo. Ofrecen esperanza de lograr un mejor control de los síntomas de la enfermedad de Parkinson o incluso curar la enfermedad en el futuro.

Temas relacionados

  • Beneficios del ejercicio
  • Ejercicios – cómo comenzar
  • Fisioterapia
  • Terapia del habla y del lenguaje

Información adicional

Parkinson’s UK (Enfermedad de Parkinson - Reino Unido)
0808 800 0303
www.parkinsons.org.uk


Brain and Spine Foundation (Fundación del Cerebro y la Columna Vertebral)
0808 808 1000
www.brainandspine.org.uk



Fuentes

  • Parkinson's disease. Clinical Knowledge Summaries
  • Lees AJ, Hardy J, Revesz T. Parkinson's disease. Lancet 2009; 373(9680):2055–66
  • About Parkinson's. Parkinson's UK. www.parkinsons.org.uk
  • Parkinson disease. eMedicine. www.emedicine.medscape.com
  • Hamza TH, Zabetian CP, Tenesa A et al. Common genetic variation in the HLA region is associated with late-onset sporadic Parkinson's disease. Nature Genetics 2010; 42:781–85
  • Diagnosis and pharmacological management of Parkinson’s disease: A national clinical guideline. Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN), 2010, 113. www.sign.ac.uk
  • Parkinson’s disease: National clinical guideline for diagnosis and management in primary and secondary care. National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), www.nice.org.uk
  • Diagnosis and scans. Parkinson's UK, www.parkinsons.org.uk
  • Joint Formulary Committee. British National Formulary. 60th ed. London: British Medical Association and Royal Pharmaceutical Society of Great Britain
  • Deep brain stimulation for Parkinson's disease. National Institute for Health and Clinical Excellence (NICE), www.nice.org.uk
  • Depression and Parkinson's. Parkinson's UK, www.parkinsons.org.uk
  • Keeping moving: exercise and Parkinson's. Parkinson's UK, www.parkinsons.org.uk

Esta información fue publicada por el equipo de Bupa de información sobre la salud, y está basada en fuentes acreditadas de evidencia médica. Ha sido sometida a revisión por médicos de Bupa. Este contenido se presenta únicamente con fines de información general y no reemplaza la necesidad de consulta personal con un profesional de la salud calificado.
 

Fecha de publicación: 2020